¿Sabías que VISIÓN NO es lo mismo que VISTA?
La visión es mucho más que ver el 100%.
Ver el 100% significa que la agudeza visual de una persona es buena, es decir tiene la capacidad de distinguir detalles pequeños a diferentes distancias; mientras que la visión la podemos definir como un complejo mecanismo sensorial, cognitivo y motor; que nos permite, además de recoger la información que nos rodea de manera correcta, procesarla y darle significado a lo que vemos, sirviendo de guía en la respuesta motora.
La visión es la principal fuente de información sensorial, condiciona la percepción, el aprendizaje, la cognición y la ejecución motora de una persona.
Por tanto, la visión es un proceso en el cual intervienen una serie de habilidades visuales y perceptuales, y la agudeza visual es sólo una de ellas.
La visión se aprende.
Nacemos con vista, pero la visión es una habilidad que requiere aprendizaje, se construye de manera progresiva desde el nacimiento a través de las experiencias, mediante el desarrollo neurológico, motor y sensorial.
El sistema visual es el sistema sensorial que menos desarrollado está cuando nacemos. A pesar de que las estructuras oculares están completas, el sistema visual en el recién nacido es inmaduro y se irá desarrollando progresivamente, a medida que la corteza cerebral reciba los estímulos adecuados a través de la interacción con el entorno, se va aprendiendo a dar significado a la información percibida, es decir aprendiendo a ver.
Si no recibe dichos estímulos visuales o no tiene la oportunidad de moverse libremente y explorar el espacio que le rodea, puede que más adelante, existan dificultades en la eficacia y procesamiento de la información visual
¿Qué es la OPTOMETRÍA COMPORTAMENTAL?
La optometría es una profesión sanitaria que se ocupa de prevenir y detectar defectos visuales y resolver problemas disfuncionales de la visión, mejorando la eficacia y el rendimiento del sistema visual.
La optometría comportamental es una rama de la optometría que estudia las dificultades visuales desde el desarrollo y comportamiento.
Un examen optométrico comportamental está basado en el análisis y diagnóstico del funcionamiento del sistema visual, realizando una evaluación global del paciente analizando diferentes áreas de su comportamiento para entender como está utilizando su visión.
¿En qué consiste un examen optométrico completo?
- Evaluación de la eficacia visual: durante este examen se evalúan diferentes habilidades visuales como la agudeza visual y la refracción (descartando defectos refractivos o ambliopía/ojo vago), la motilidad ocular (fundamental en la lectura y escritura), la capacidad de enfoque-acomodación (imprescindible para mantener la atención en el texto y copiar directamente de la pizarra), la coordinación entre ambos ojos o binocularidad (descartando estrabismos o desviaciones oculares; y es imprescindible para ser hábil en los deportes, tener buena coordinación ojo mano…).
- Evaluación visuo-perceptual: el examen del procesamiento visual es imprescindible para comprender como el niño interpreta la información visual que recibe. Las habilidades evaluadas en este área son entre otras, la discriminación visual (importante para identificar forma y orientación de las letras o números), la memoria visual (necesaria para comprender y recordar lo que lee o para o para sacar la idea principal de un texto), las relaciones espaciales (fundamentales en el cálculo matemático y la orientación espacial), la integración visuo-motora (necesaria para reproducir lo que ve)…
- Evaluación del desarrollo motor: un correcto desarrollo motor es la base para que se estimule la visión y las habilidades relacionadas con ésta. La evaluación del desarrollo motor consta de un examen de reflejos primitivos (movimientos automáticos que el niño tiene que desarrollar e integrar para conseguir el control postural), evaluación de la lateralidad (una lateralidad definida ayuda a que el niño procese mejor la información que recibe y pueda interpretarla), evaluación de la direccionalidad (nos enseña como el niño interpreta el espacio, dificultades en este campo afectan en los conceptos matemáticos), evaluación del equilibrio y la coordinación (fundamental en la práctica de deportes).
Tras la evaluación se exponen diferentes opciones de tratamiento según el tipo de alteración encontrada.
¿Qué es la TERAPIA VISUAL?
Es un tratamiento optométrico, individualizado, que tiene como objetivo potenciar la función del sistema visual. A través de una serie de ejercicios visuales, realizados de una manera repetida y controlada, y bajo la supervisión de un optometrista, se pretende mejorar y/o desarrollar las habilidades visuales que no están trabajando de manera óptima y que no pueden ser corregidas mediante otros tratamientos como gafas, lentes de contacto o cirugía.
Buscando conseguir un sistema visual eficaz ante cualquier situación: académica, deportiva, laboral o de ocio. Ya que, un problema visual puede estar interfiriendo en muchas de nuestras actividades del día a día.
VISIÓN y APRENDIZAJE
El aprendizaje se relaciona muy directamente con la visión, puesto que alrededor del 80% de todo lo que un niño aprende llega por la vía visual. Las habilidades visuales implicadas en el proceso del aprendizaje pueden interferir en el rendimiento escolar. Ante un problema visual, el niño no podrá desarrollar su potencial académico como es debido.
Esto NO quiere decir que una disfunción a nivel visual sea la causa de un problema de aprendizaje, sino un obstáculo para un aprendizaje eficaz, y por tanto para un rendimiento académico adecuado.
Por tanto, es imprescindible realizar un examen visual, perceptual y motor si el rendimiento del niño no se ajusta al esfuerzo que realiza.
¿Qué signos pueden indicar que su hijo tiene un problema visual relacionado con el aprendizaje?
- Se pierde cuando lee, se salta palabras o líneas. Utiliza el dedo para no perderse
- Mala comprensión lectora
- Mueve de manera excesiva la cabeza al leer
- Se acerca mucho al texto
- Tiene una mala postura cuando lee o escribe (inclina la cabeza, se tapa un ojo o guiña…)
- Dolores de cabeza, ojos rojos, lagrimeo o parpadeo excesivo, se frota los ojos con frecuencia
- Le cuesta mantener la atención en clase, se distrae con facilidad
- Visión borrosa en cerca o en lejos
- Desvía alguno de los ojos
- Dificultades de coordinación motora fina o gruesa (le cuesta recortar, problemas en los deportes)
- Problemas para aprender derecha e izquierda
- Inversión de letras/números al escribir o leer